Mago De Oz es sin duda el grupo más importante de Rock cantado en castellano que está en activo. Ellos solos son capaces de llenar recintos más grandes que muchas de las bandas internacionales que se pasan por este país. Pero no siempre fue así. El Domingo nos tocó hacer un viaje en el tiempo, hasta la época en la que el local más grande que lograron llenar fue Canciller, la gira de “la Leyenda De La Mancha”, cuando Mago De Oz estaba formado por solo 6 músicos gamberros.

El concierto tenía la peculiaridad de hacerse en el Teatro Español de Madrid, algo completamente raro para una banda de Rock. Así que allí nos plantamos una hora antes del concierto, y ya estaba la gente esperando para entrar, cosa un tanto incomprensible, puesto que las entradas eran numeradas, así que nosotros optamos por la opción b, de ir al bar. El público estaba formado principalmente por gente muy joven, más de uno acompañado por familiares mayores.


Al entrar al patio de butacas, se vio el telón gigante con la portada de “La Leyenda De La Mancha”, lo cual hizo que recordase aquellas primeras actuaciones que vi de la banda, en las que lo primordial era pasar un buen rato y ver a 6 colgados sobre el escenario. Ahora en los conciertos de Mago pasas un buen rato, pero a la banda se les ve mucho más centrada en la música y en el espectáculo.

Pocos minutos pasaban de las 20:30 cuando empezó a sonar la intro de “La Leyenda De La Mancha”, y medio segundo después, ya estaba todo el teatro en pie. Arrancaron el concierto con “Maritormes”, y pudimos comprobar que hay cosas que no cambian, como los fallos en el sonido, algo que a Mago De Oz siempre le ha ocurrido. Esta vez ocasionados por el micro de José, que falló varias veces durante todo el concierto. Pero no fue lo único que seguía intacto en la banda, también pudimos comprobar desde un primer momento las ganas que le ponen para que la gente disfrute y se lo pase en grande en los conciertos.


“Jesús de Chamberí” fue muy bien recibido por la gente, y José llegó a bajar del escenario para cantar entre el público, lo que hizo que todo el mundo enloqueciera. Al ver a José moviéndose tanto, me acordé de aquella persona llena de pelo que hacía que los conciertos de Mago fuesen mucho más entretenidos gracias a su interacción con el público y a su sonrisa cabrona, Frank, que esta vez no podría moverse demasiado, pues arrastraba problemas en su pierna izquierda, y pasó la mayoría del concierto sentado en un taburete. Otra de las cosas que personalmente eché de menos es al personaje que siempre acompañaba a Frank en ese lado del escenario, el antiguo bajista Salva, que me hubiese gustado mucho volver a verle sobre un escenario. Eso sí, sin menospreciar a Peri, el actual bajista, igual de querido por su público.

Fueron muchos los temas que tocaron de aquel disco que les abrieron tantas puertas, pero también interpretaron temas de sus dos primeros discos, como “El Fin Del Camino”, en el que José tocó el teclado en parte del tema, como también haría en “La Canción De Pedro”, y es que para rememorar mejor aquella gira, el Kiskilla y Fernando, que todavía no eran miembros de la banda en aquella época, no están girando con ellos.

Un único tema instrumental hicieron en todo el concierto, La “Insula De Barataria”, en la que Carlitos y Moha se lucieron de lo lindo, y que cambiaron el final de la canción, tocándolo esta vez más deprisa que en el disco.

Muchas eran las pancartas que había por todo el teatro, dando ánimos a Frank para que se recupere pronto, o pidiendo temas. Había un par de ellas que pedían el mismo tema, “El Lago”, uno de los temas que formaba parte del primer disco del grupo, y de los más queridos por el público, así que no podía faltar esa noche, y fue uno de los que mejor les salieron.



Tras el tema “Mago De Oz”, la banda abandonó el escenario, pero solo por unos minutos, ya que todavía tenían algunos temas escondidos bajo la manga. Regresaron con el impresionante “Réquiem”, y la versión de los Toy Dolls, “Resacosix En Hispania”, para la que tanto José, como Txus un momento, y Moha haciendo cantar a la gente, bajaron del escenario y estuvieron un rato entre el público.

Llegaba el final del concierto, y no podía ser de otra forma que con “Molinos De Viento”, con el cual el teatro se vino abajo. Así dieron por finalizada una gran actuación en su ciudad, la que les ha visto crecer en el escenario, desde las pequeñas salas en las que tocaban con la gira de Jesús de Chamberí, a Canciller primero, y la Riviera después, para dar un paso más hacía plazas como la Cubierta y Vistalegre, y finalmente en Las Ventas.

Solo podemos agradecer a la banda el hacer de vez en cuando pequeños conciertos en los que el público que vivimos aquellas primeras giras, podamos revivirlas otra vez. Ahora esperar a que vuelvan a publicar material nuevo, y vuelvan a los grandes escenarios llenos de pirotecnia y ante miles de personas. Gracias Cabrones!!!!

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