"Es un placer tocar en un teatro por aquello de la acústica, pero eso de que la gente esté sentada no nos convence mucho. Le echaremos más ilusión y al final conseguiremos que se levanten", dice Carlos Pietro, alias "Moha", violinista de Mägo de Oz, banda que este domingo actúa sobre las tablas del Teatro Español de Madrid.

En estos días la banda celebra sus 20 años en la música con una gira bautizada 'La leyenda de La Mancha Tour', en la que el quinteto original se une al bajista Pedro Díaz, "Peri", para tocar temas de sus primeros discos. Un 'revival' que ahora les lleva al teatro.

Será este domingo en el ciclo «Noches del Español», que este año ya ha sorprendido con la actuación de la Mala Rodríguez, quien demostró ante las butacas del teatro ser toda una coplera desbordante de 'flow', muy bien acompañada por la Original Jazz Orquestra Taller de Músics.

Para vender un millón de copias con toda su discografía es inevitable haber trascendido las fronteras del público 'heavy'. Llegaron a sonar en las radiofórmulas. "Nos llovieron palos pero siempre pensamos que mejor que estuviéramos nosotros que no la porquería que ponen".

Ahora no hay problema, han desaparecido de la programación de esas emisoras. "Dejaron de querernos. Un día cambiaron las directivas y decidieron que no se escuchaba 'heavy' ni pagando, que es como se suele aparecer en esas radios", apunta "Moha", formado en el Conservatorio de Madrid por influencia de su padre, compositor de música clásica.

Con la llegada de su violín y la del flautista Fernando Ponce, Mägo de Oz inició la fórmula que les ha llevado al éxito.

En todos estos años, el grupo también puede presumir de haber hecho amigos en la carretera. Nada que ver lo que ocurría cuando ellos empezaron "en los ochenta se decía que Obús y Barón Rojo estaban peleados. Ahora todos los grupos hacemos cincuenta festivales al año, y coincidimos continuamente así que es fácil congeniar con otras bandas". Entre ellas Boicot, Los Porretas o Lujuria.

De hecho, uno de los mejores recuerdos del músico es la gira de "La leyenda de la Mancha", en 1999, "fue una locura", dice. "Ese disco fue el que nos dio la fama, es cuando aprendimos finalmente a encajar el violín en nuestra música, como una tercera guitarra".

Son esos buenos recuerdos los que les han hecho recuperar la memoria de este álbum para esta gira actual. ¿Y si volviera a La Tierra el Jesús de Chamberí, qué se encontraría? "Lo mismo. El mundo no ha cambiado en estos trece años. Sigue habiendo los mismos cabrones que sustentan las mismas injusticias", no duda en decir el violinista.

Otro de los hitos en su carrera, recuerda, fue recoger de manos de la entonces ministra de Cultura, Carmen Calvo, el disco de platino por las ventas de 'Gaia II', su proyecto más ambicioso, del que se empezará a grabar la tercera parte en octubre para que salga al mercado en marzo del año que viene.

"El único medio que nos hizo caso en ese momento fue 'El Mundo' (recuerda Carlos Prieto). Sabíamos que le encantaban Judas Priest y Metallica, que no se perdía ni un concierto y se lo propusimos. La sorpresa es que aceptó encantada. Luego le invitamos a un concierto nuestro en Las Ventas, pero no pudo venir".

Esta celebración de sus veinte años en la música les llevará próximamente a México, donde de momento ofrecerán cinco conciertos a finales de mes. El grupo acaba de recorrer EEUU, tocando ante 12.000 personas en Chicago o 10.000 en Los Ángeles y en plazas míticas como The Fillmore de San Francisco, el lugar en el que se curtieron Jimi Hendrix, Jim Morrison o Janis Joplin.

Además, han pasado por muchos de los House of Blues del país, una cadena de típicos restaurantes con rock en directo en los que el público comía mientras los veía actuar. "Eso sí que se nos hacía raro, y no tocar en un teatro".

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